
Marzo de 2043.
A las nueve de la mañana suena el despertador. Lo apago rápido. No debería ni haber sonado, hoy es sábado. Me olvidé de sacarlo. Giro sobre mi brazo izquierdo poniéndome de frente a mi mujer. Ni se inmutó por la alarma. Duerme. Con expresión de desprecio. Las sombras que se le forman en la cara parecen hechas con carbón. Era linda. Muy linda. Podía hacer que yo hiciera cualquier cosa. Lo que fuera. Quiero seguir durmiendo. No puedo. Su brazo derecho pasa a mi lado de la cama. Es una idiotez. Lo sé. No debería molestarme. Pero me molesta. Mucho. Aunque cierre los ojos no puedo dejar de ver ese brazo invasor. No puedo seguir durmiendo. Me levanto. Voy al estudio, donde tengo mi computadora. Donde yo debería estar escribiendo mi próxima novela. El best seller.
Hace dos años que no escribo nada. De la editorial no me presionan. Creo que ya no quieren que la escriba. Hace unos cuatro años salió mi primera novela. Se vendió bastante bien. No fue un éxito pero se agotó la primera tirada. Mi agente entusiasmó al editor y decidieron hacer una segunda tirada incluyendo publicidad. Fue un fiasco y le hizo perder mucha plata a la editorial. Según el editor, fue culpa mía, porque fui a un programa de televisión e hice sentir incómoda a la conductora. “Nadie compra libros de amor de un tipo que da miedo. Si hubieses escrito un policial estaríamos nadando en plata”, me dijo. No me quejo. Con los artículos que escribo para Clarín (para los Suplementos de Cultura, Espectáculos y Deportivo) y para un par de revistas de acá y de afuera me alcanza para vivir de la escritura.
Prendo la computadora. Reviso los mails. Tengo uno de un evento al que no voy a ir, que elimino, y otro de mi hijo varón menor titulado “RE: Sueños”. Ayer le mandé un mail diciéndole que había soñado que estábamos en un barco pirata y que él vomitaba por la borda mientras yo le sostenía el pelo. No lo soñé. Lo inventé para tener una excusa para escribirle. Desde que se fue de casa lo extraño mucho. Mientras leo el mail escucho que mi mujer se levanta. Pasa por delante de mi estudio. No me saluda. Va a la cocina y pone TN. Leo el mail de mi hijo. Dice: “No te preocupes, Papá, ya me voy a cortar el pelo. Saludos”. Sonrío. Qué pibe este. Me levanto y voy a la cocina. No puedo dejar de sonreír. “¿Qué pasa?”, me dice. Seria. Con cara de enojada. Con cara de vieja malhumorada. “Me quiero separar”, respondo. “Ah”, dice. Abre la heladera. Se sirve jugo de naranja. Le da dos tragos. Agarra el control remoto. Cambia de canal.
frcass.
ANEXO.
Hoy sólo quiero decir que Ortega hace todos los pases mal.
6 comentarios:
disfruta del tiempo libre q tenes hasta q regrese a postear pequeño virus troyano transformatodo
por eso no se la pasa a nadie el burrito
Esto no es una explicación de qué te tiene romántico.
anónimo:
Si me vas a matar, avisame, así escribo el texto de cierre: No he Vivido.
gabote:
Así haré los pases en mi partido regreso (NdR: Después de cuatro meses con los ligamentos rotos, el Doctor Rosasco me dijo que puedo volver a jugar al fútbol).
mina.:
Podría explicar, pero mejor transcribo la conversación de msn.
frcass: El miércoles hago el post correspondiente a San Valentín.
mina: ¿Quién te tiene romántico?
frcass: Leé el post y descubrirás mi situación actual. Gran misterio de la humanidad.
mina: Jajaja... Sí, está entre eso y por qué vinimos a La Tierra. Lo leeré el viernes cuando vuelva.
Tenes que ver mas peliculas romanticas :)
La ficcio-anecdota (?) futurista esta muy buena, me gusta!
Andys!
Andys!:
Estás invitada a compartir tu propio Top5.
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